jueves, 8 de marzo de 2007

Ideales y Semblanzas

Nada humano ocurre en realidad a solas. Toda acción humana es resultado de la comunicación entre personas. Somos la colectividad de la memoria. Para existir como humanos necesitamos recibir la comunicación de los humanos y transmitirla de nuevo. Así sobrevive la especie en cada individuo, y viceversa.

Nadie escribe ni cocina a solas.

La gastonomía es más que una disciplina por completo humana. Es la comunicación humana de lo humano material a través de la(s) cosa(s) de los alimentos... La comida y las comidas... Algo tan esencial como el lenguaje y el uso de la mano como herramienta. Un acontecimiento cien por ciento inteligente. Cocinar y comer y su infinita circunstancia: la existencia humana.

Por ello, para cerrar en el espacio esta torre de textos y figuras de crítica gastronómica mexicana, incluimos aquí abajo en la blog un conjunto de semblanzas de personas que inspiran la gastronomía de otras personas. Un tejido humanista de intercomunicación gastronomita. Las semblanzas de quienes han guiado e iluminado la educación del conjunto de estudiantes del décimo semestre de la licenciatura en gastronomía de la Universidad del Claustro de Sor Juana que hemos integrado este espacio en la red. Los ideales humanos sobre cocina y gastronomía de quienes hemos producido este Taller.

Que este conjunto de personas y su oficio de cocina que rememoramos sean el basamento o plataforma donde se construye este edificio de ciencia y arte de la comida y las comidas. Un retablo neobarroco de ideales para quienes ya somos hoy mismo el futuro inmediato de la gastronomía en México, su profesionalización crítica y creativa.

Porque la gastronomía es un trabajo humano, un placer humano. La búsqueda permanente de la vida digna y buena para la humanidad entera. El sagrado trabajo de la cocina. Nuestra profesión. Un hecho colectivo en grado extremo... que --como este conjunto desea dejar ver-- se integra en la encrucijada de dos caminos, el trabajo anónimo y cotidiano de las mujeres cocineras del mundo familiar (las madres y las abuelas, las tías y las hermanas) y el trabajo de los chefs de la cocina pública o de la cocina de élite y de vanguardia (las autoridades reconocidas de la cocina profesional).

¡Benditas sean las manos que nos dan de comer!

No hay comentarios: