De principio puedo mencionar mi núcleo familiar. La cocina de mis abuelas es mi primer recuerdo vinculado a la gastronomía. Esos olores, colores y el amor que se veía en el ambiente quedarán siempre marcados en mi mente.
Sin embargo, al paso del tiempo he conocido gente que ha marcado momentos importantes y que han dejado huella a lo largo de este camino. Cada hotel, cada restaurante, cada cocina tiene una manera muy distinta de trabajar y cada uno ha contribuido a la construcción de mi propio estilo.
Pero sólo una persona fue capaz de demostrarme ese amor tan inmenso que se siente por la cocina. Ya que la manera en que esta persona se expresa de ella es única y su trabajo lo disfruta al cien por ciento. Pero sobre todo sabe perfectamente que él vive de la cocina, por la cocina y para la cocina. El "garra”, como es popularmente conocido, no conoce otro medio de supervivencia que no sea el trabajo en la cocina, proviene de una familia que siempre se ha dedicado a este trabajo y en él ha encontrado tanto una forma de vida como una pasión y un hobbie.
Para él no existe plática o actividad mas interesante que la de la cocina, gracias a su amistad y a los conocimientos que ha compartido conmigo, me he dado cuenta de que para mí es una persona admirable y que me ha contagiado ese amor y esas ganas de seguir en este camino y por lo tanto puedo decir que él ha influido directamente en la persona que quiero ser dentro de una cocina.
A pesar de que nuestras ideologías son muy diferentes y en ocasiones llegan a chocar, nuestro interés por la cocina ha permitido que formemos una amistad que espero dure por mucho, mucho, mucho mas tiempo
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