martes, 27 de marzo de 2007

Chef Martha Sánchez


A continuación presentamos las entradas para las seis partes de una entrevista con la chef Sánchez. Consideramos su obra de valor ejemplar para el ejercicio profesional de la gastronomía en México.

La entrevista desea presentar una imagen del alma noble de la chef Martha, su carácter más humano. Que, por supuesto, conecta siempre de inmediato con su clara vocación por la gastronomía. Por ello mismo -- y con mucho gusto -- aquí incluimos la dedicatoria que ella nos pide agregar a las imágenes de video...

Gracias a mi mamá, quien a partir de la filmación de este video es llamada Maru Iñárritu. Por apoyarme incondicionalmente en todo aquello que sabe que para mí es importante.

Va dedicado a todas aquellas personas que han decidido que la sal y la pimienta sean tan indispensables en su vida como el aire para respirar.


Primera parte: http://www.youtube.com/watch?v=m-bz4ful7ZA

Segunda parte: http://www.youtube.com/watch?v=7Nl3gfLb5P4

Tercera parte: http://www.youtube.com/watch?v=V2XkHY2pguE

Cuarta parte: http://www.youtube.com/watch?v=ZdDSmr8THlg

Quinta parte: http://www.youtube.com/watch?v=yapzsbksHI8

Sexta parte: http://www.youtube.com/watch?v=SCegzUvP9ZQ

lunes, 26 de marzo de 2007

Método experimental


Hoy concluimos la etapa de experimentación científica directa en los trabajos del Taller. Tuvimos una sesión con el grupo ce, donde realizamos de nuevo los experimentos con espárragos y chiles.

Gracias a las experiencias anteriores, esta vez se trabajó cada experimento con más cuidado y detalle.

La brigada que hizo el experimento de los espárragos produjo una hoja de valoración. Que ayudó mucho para reconocer y contrastar los resultados. De modo que comprobamos lo subjetivo del gusto y lo difícil de establecer mediciones objetivas sobre estas cuestiones del gusto.



De todas formas, el número de personas que probamos los espárragos fuimos muy pocas, sólo dos, el cuerpo docente del Taller. Pero las hojas de control impidieron influir en las valoraciones con las opiniones en voz alta.

Sobre la hipótesis de Heston Blumenthal, se puede decir que la confirmamos. Ambas valoraciones le dieron el número uno a una cocción de espárragos en grasa o aceite, en un caso fue la mantequilla y en el otro, el aceite de oliva. Y el sabor de la cocción al vapor en un caso quedó en segundo lugar y en el otro caso el aceite vegetal quedó en último lugar. Algo semejante ocurrió con la margarina.

Todos los demás casos de esta valoración experimental desembocaron en la subjetividad del gusto individual. Cosa que habrá que controlar con más cuidado en próximas aplicaciones.

En cambio, el experimento con chile dio los mismos resultados que en los dos casos anteriores. Se comprueba que el sistema de Scoville para valorar la pungencia de los chiles realmente es una aplicación del método experimental.

De nuevo comprobamos que lo más pungente del chile son las venas ("placenta") y lo más lleno de sabor es la carne. Cocinadas con agua, las semillas son insípidas por completo.

Conclusión: es necesario intensificar el trabajo experimental en la cocina, en todos sentidos. Se necesita conocer con mayor objetividad la física y la química de la cocina.

A mediados de este mes, en San Sebastián, España, durante dos días seguidos hubo una importante reunión sobre estas cuestiones de la ciencia y la cocina. El evento llevó por título "Diálogos de cocina", asistieron (de derecha a izquierda en la primera fila de la foto): Harold McGee, Heston Blumenthal, Juan Mari Arzak y Ferrán Adriá, Juan Mari Arzak, Heston Blumenthal y Harold McGee, entre otros.


Haz-click-aquí --para ver y oír en castellano la conferencia de McGee, muy buena para entender las relaciones entre las ciencias exactas y la cocina. Nada más ten paciencia en lo que baja el video a tu compu. En total, la conferencia dura una media hora. Hazte un tiempecito para ella, vale la pena.

Haz-click-aquí --para ver la mesa redonda donde interviene Blumenthal, también muy buena para entender los nuevos rumbos de la gastronomía. Nada más ten paciencia en lo que baja el video a tu compu. En total, la conferencia dura una media hora. Hazte un tiempecito para ella, vale la pena.

Y si te picas, en la página de Diálogos encontrarás muchas conferencias más, igual de interesantes y valiosas. Todas bellamente traducidas al castellano.

domingo, 25 de marzo de 2007

Gastronomía Molecular

Cocina y gastronomía no son la misma cosa. La cocina es el arte y la ciencia de preparar los alimentos humanos; la gastronomía es una disciplina contemporánea interesada en el conocimiento de todo lo que tenga que ver con la nutrición humana. De tal forma: la gastronomía molecular es un aporte de la gastronomía al sistema de la(s) cocina(s). Es un salto tan grande como el que va en el rock de Elvis Presley a Grateful Dead.

La gastronomía no tiene que ver nada más con modas alimentarias, ni con preparar comida lujosa. Es más bien el entendimiento humanista radical de la comida.

Y la “gastronomía molecular” es el conocimiento de la química y la física que se encuentran detrás de la preparación de cualquier platillo. Saber por qué se transforman los productos cuando se les calienta o enfría, por qué se vuelve firme una mayonesa o por qué cuaja una tortilla de huevo. Para aprovechar mejor esa información y hacer mejor el trabajo y el placer de la cocina.

La humanidad se transforma de modo sorprendente como resultado de los cambios alimentarios que hemos vivido durante los últimos tres siglos; de modo que pasamos de ser mil millones de habitantes del planeta a principios del siglo XIX, hasta ser ya casi siete mil millones a comienzos del siglo XXI. Nunca antes se dio un aumento tan significativo en la población del mundo, por ello se habla de una revolución demográfica. Y en ello ha sido decisiva la cuestión de la comida, pues constituye el fundamento fisiológico de la existencia humana.

Hoy día no sólo comemos mejor que antes, sino que mucha gente lo hace de modo excesivo. Y esto no quiere decir de ningún modo que las cosas estén bien o mal, sino que hay más gente en el mundo porque estamos comiendo más y mejor.

Aunque, entonces, los procesos culinarios de la humanidad se han mantenido muy uniformes desde hace unos tres mil años. Se cocina con fuego, poniéndole sal a la comida y con cazuelas, morteros, cuchillos y cucharas. Hay recetas que se cocinan igual desde hace mil años cuando menos. Por supuesto, se han ido agregando muchos ingredientes y las combinaciones de recetas parecen infinitas, del mismo modo en que ahora empleamos gas para cocinar. Sin embargo, lo esencial de la cocina se conserva constante desde hace mucho tiempo.

De ahí, la novedad trascendente de esta cocina molecular. Cambia todo. Sus productos pueden ser falso caviar hecho con alginato de sodio y calcio, sorbetes flameantes, espagueti hecho con vegetales, y helados instantáneos, congelados por medio de nitrógeno líquido.

Pero esta nueva figura de la práctica de la cocina no se reduce únicamente a cuestiones de élite y de restaurante de autor; tiene más que ver con la voluntad de mejorar la alimentación real de todo mundo. Una cuestión donde resulta crucial la voluntad de emplear nuevas fuentes de energía, como la electricidad en los hornos de micro-ondas. Más la infinidad de productos de laboratorio que ya hoy día consumimos en la comida diaria, como los cereales de maíz tostado, el chocolate en polvo y el café instantáneo.

La disciplina universitaria que plantea esta gastronomía molecular comenzó a tener vigencia mundial hace poco tiempo. Quienes se consideran sus creadores base, Nicholas Kurti y Hervé This, comenzaron a impartir su enseñanza en 1988. Pero en muy poco tiempo ya tiene repercusiones mundiales, sobre todo en lo que refiere a la comida del futuro, una cuestión central para la existencia humana.

Aunque desde hace siglos hay gente dedicada a la ciencia de los alimentos, la novedad de esta gastronomía molecular se manifiesta en los procesos culinarios. La cocina se transforma efectivamente en un laboratorio de química avanzada, ya nada tiene que ver con el fogón de los abuelos. Se cocina con nitrógeno, en tubos de ensaye y empleando sopletes, pipetas, hielo seco y jeringas.

Los naturalistas orgánicos y los ecologistas verdurita, lo mismo que los grandes chefs de la cocina clásica a la francesa, desprecian por completo esta gastronomía molecular, dicen que hace comida para astronautas de película de ciencia-ficción pero no para el gusto de los seres humanos, también dicen que la cocina molecular hace comida para gente que no tiene hambre. Sin embargo, cada vez hay más y más gente comiendo productos de esta gastronomía molecular, tanto en los restaurantes más caros como en las cocinas familiares, por ejemplo: como cubitos de caldo de pollo o como café instantáneo.

viernes, 16 de marzo de 2007

Emmanuel Kant

Capsicum


Hoy hicimos un experimento con chiles.

Con ambos grupos reprodujimos a nuestro modo el método de medición de pungencia de Scoville. Un método subjetivo pero útil para medir los grados de pungencia o “picor” del chile. Ahora esta pungencia se mide por la cantidad de capsaicina que contiene el producto, una operación química de laboratorio. Pero antes de eso Scoville produjo una escala de pungencia objetiva por medio de un método de valoración subjetivo.

Todavía operamos de modo muy rudimentario y simple. En tanto que estamos comenzando, todo mundo, a trabajar de esta manera con la cocina, desde un punto de vista nuevo, el punto de vista gastronomita. Ciencia y arte, filipinas y pipetas, cocina sin cocina y observación crítica. Pero todo es cosa de práctica para alcanzar mayor grado de cientificidad y elegancia en los procedimientos. Porque se necesita volar en esto de la ciencia exacta de la cocina, si queremos estar de verdad al día.

Trabajamos esta vez con un solo tipo de chile: jalapeños.

Nos propusimos averiguar con el método de Scoville qué parte de este fruto es la más pungente: la carne, las semillas o la placenta (“venas”).

Se operó en cada caso con un solo chile jalapeño, que fue cortado, desvenado y desemillado, para luego obtener una infusión de cada una de sus tres partes en la misma cantidad de agua. Por otra parte se preparó una solución de agua con azúcar. La solución fue puesta en tres vasos, y a cada uno se le puso la misma cantidad de una de las tres infusiones.

Tres diferentes personas probaron las tres infusiones y calificaron su sabor y su pungencia. A continuación se agregó otra cantidad de infusión a cada vaso y se hizo de nuevo la evaluación sensorial subjetiva de las tres personas. La primera valoración era la base para demostrar nuestras hipótesis y la segunda para medir la objetividad de las evaluaciones.

En los dos casos, el resultado de la evaluación fue el mismo. Todas las personas coincidieron en todos los casos, sin excepción. Lo mismo quienes después de las tres de base quisieron sumarse a la prueba de valoración subjetiva. Siempre ocurrió lo mismo.

La infusión con la carne del chile tenía el sabor del chile y no se sentía en ella la pungencia de éste. Sólo el sabor propio de esa carne vegetal, dulzona y fresca.

En la infusión de las semillas sólo se sentía una ligera pungencia, que de inmediato desaparecía. Sin ningún sabor. Casi sólo agua azucarada.

Y en la de la placenta se presentaba la pungencia y un lejano recuerdo del sabor de la carne. La pungencia entonces cada persona la valoró según su experiencia particular, que, como es de suponer, resulto muy diversa entre gentes acostumbradas a comer chile.

Como era de esperar, se demostró otra vez lo que ya está bien demostrado. Que la parte más pungente de estos frutos es la placenta. También comprobamos que, si se quiere trabajar una cocina del chile no fundada en su pungencia, hay que trabajar con las carnes de estos frutos, tan diversos en nuestro país. Lo de que las semillas no dieran sabor alguno en la infusión, y tampoco mucha pungencia, nos resultó algo extraño y novedoso; por eso nos propusimos experimentar luego con las semillas, su molienda y sus cocciones.

Luego, en cada sesión, se presentó una suspensión de chile en alcohol. Por la mañana era chile habanero en tequila blanco, y por la tarde chile jalapeño en tequila añejado. Las carnes de ambos tipos de chile y la infusión sirvieron de contraste para el experimento con agua. Así se comprobó que la capsaicina se diluye mejor en el alcohol que en el agua, y el sabor de la carne de ambos chiles no fue afectado por el alcohol y no conservaba ninguna pungencia.

Así es como ya hemos comenzado a experimentar con la cocina desde el punto de vista de la gastronomía como ciencia exacta. Nos sentimos todavía un poco como en la escuela secundaria; pero con estudiantes ya acostumbrado/as a experimentar con seriedad y sistema en los laboratorios de la universidad.

Con la experiencia obtenida esperamos programar mejor estos experimentos cada vez. Lo que será una ventaja para la sesión de trabajo sobre ellos que todavía está pendiente con el grupo ce.

Por ahora lo más importante es tomar conciencia de lo que significa experimentar científicamente en la cocina. Experimentar con el rigor de las ciencias exactas. Para con ello establecer el valor científico de la crítica gastronómica, un discurso que está por encima del periodismo y la divulgación científica.

Ya por otra parte, ambas sesiones de trabajo del taller produjeron auténticas de(s)construcciones del chile jalapeño. Lo deshicimos, nada quedó como estaba. Se le convirtió en una bebida dulce y comimos porciones minimales de su carne.

Conclusión: ya es tiempo de que se comience el estudio sistemático del chile dentro de nuestra gastronomía, tanto desde el punto de vista científico como del artístico y el humanista. Necesitamos conocerlo de verdad en forma mexicana.

jueves, 15 de marzo de 2007

Ciencia de la cocina




















Las fotografías que ilustran este segmento de Taller fueron tomadas por Sergio Fresán Jiménez, a quien expresamente invitamos para que produjera esta crónica fotográfica.

Vemos en ellas el proceso del experimento con espárragos realizado por el décimo efe. Quizá este conjunto de imágenes sea el resultado más científico del proceso.

lunes, 12 de marzo de 2007

Teoría

El discurso de la crítica constituye un punto de apoyo filosófico trascendente para la ciencia y el arte que es la gastronomía. Bien puede afirmarse que la crítica produce la ilustración, o sea, la mayoría de edad en el dominio de la razón gastronomita.

De tal forma, la autocrítica constituye el giro recursivo del discurso gastronomita, el punto donde la gastronomía piensa en sí misma y deviene un pensamiento diferente por sí misma. Ciencia y arte positivos, legítimos y válidos, para el proceso de globalización de la democracia cosmopolita: el discurso de la buena vida que constituye la gastronomía.

Gastronomía crítica, gastronomía científica:
--La aplicación de los principios científicos a la comprensión y mejoramiento de la preparación de alimentos domésticos y gastronómicos.
--El arte y la ciencia de elegir, preparar, comer y negociar buena comida.
--El estudio científico de los manjares.

La crítica de la gastronomía pura estudia los valores y procesos universales de ésta. Aquello válido para todo mundo en todos los casos. Lo más objetivo de la cocina, el servicio y la administración de alimentos.

La crítica de la gastronomía práctica estudia los fenómenos que integran ésta. Ingredientes, productos, utensilios, equipo, técnicas, recetas, platillos, servicio, mercadeo y las personas que trabajan en todo ello. La realidad cotidiana de la gastronomía.

La crítica de la gastronomía judicativa estudia el deber ser de la gastronomía como discurso sociocultural (economía y política). Esta crítica puede ser la guía para la vida gastronómica, la literatura y el periodismo con valor gastronómico, la gastronomía histórica y la reflexión crítica en general, que, así, ya es un conducto hacia la gastronomía pura.

En síntesis, el discurso de la crítica gastronómica constituye la autoconciencia del/a gastrónomo profesional universitario, el cumplimiento final de un complejo proceso de estudio. La formación de un criterio propio en el orden del discurso gastronomita.

Este segmento de Taller plantea la hipótesis que fluye hacia arriba y hacia abajo y de salto en salto. Lo que cada segmento quiere demostrar.

Teoría crítica gastronomita. Vida y pensar en la gastronomía.

Harold McGee

Nicholas Kurti

Gastronomía científica

El discurso de la crítica gastronómica expresa más que la valoración de platillos, chefs y restaurantes.

La crítica gastronómica es la reflexión de la gastronomía sobre sí misma. Constituye el fundamento, la ontología de la gastronomía.

Pero también es el punto de apoyo para hacer más científica la práctica de la gastronomía. Cosa válida para la cocina, el servicio y la administración de alimentos. Después de todo, los procesos de cocina actuales todavía son análogos a los empleados por la humanidad durante los últimos quinientos años, cuando menos. Tenemos prácticas de cocina casi medievales, fundadas más en la teología y la mitología que en la observación crítica y la experimentación objetiva.

Los trabajos de nuestro Taller quieren seguir todas las direcciones antes mencionadas, y de ser posible todas al mismo tiempo.

Con los grupos de décimo "e" y "efe" realizamos experimentos de cocina, poniendo a prueba una tesis de Heston Bluementhal. Mientras que con el grupo "ce" realizamos una demostración de recetas de salsas con chocolate como ingrediente central.

Los experimentos, por decirlo rápido, salieron bien como enseñanza; pero resultaron muy defectuosos como ciencia del siglo XXI. Cuesta trabajo lograr absoluta cientificidad en terrenos donde apenas comenzamos a experimentar con cuidado positivo. Sin embargo, comprobamos la tesis de Blumenthal...

Los espárragos se cocinan mejor salteados en aceite que cocinados con agua. Y para nuestra inquietud y sorpresa, quiza la mejor cocción que se logró fue al saltearlos en margarina. El resultado los dejó con mayor sabor y una textura fibrosa sólida para la mordida, dejándolos sentir como los arbustos que son. Pero nada de esto deja de ser subjetivo. Habrá que cuidar mejor los siguientes experimentos.

La demostración de salsas de chocolate también tuvo buenos resultados...

Después de observar que la presencia del chocolate en las salsas todavía tiene un gran abanico de experimentación dentro de la cocina mexicana, la brigada que presentó la demostración nos dio a degustar dos salsas que han recuperado y transformado de la cocina tradicional, todo dentro de los cánones de la gran cocina de autoridades contemporánea.

El platillo que presentaron fueron unos rollos de pechuga de pollo rellenos de plátano macho, con salsa de chocolate y chile guajillo y salsa de chocolate con canela; y arroz blanco con un pétalo de rosa como guarnición.

Sólo tuvimos tiempo para llegar a montar en el plato. No fue posible cocinar allí mismo la receta. Tan sólo contamos por dos horas con el taller de demostración. Pero la calidad final del platillo presentado fue excelente, tanto en la construcción visual como en la cocina y el sabor.

El tema del programa era las presentaciones y esta primera del Taller tuvo una buena calificación como resultado final. Las dos salsas, que eran el objetivo de cocina, resultaron en verdad deliciosas para el gusto, correctas en la cocina y significativas para el empleo del chocolate en alta cocina mexicana que no sea de sólo moles y repostería.

Una virtud de ambas salsas es que no son picantes en grado extremo y que fueron presentadas en el plato de modo minimalista, en tal sentido sólo la guarnición de arroz no era minimal, sin embargo el pétalo de rosa la coronó en tal dirección.

En definitiva, los tres grupos del Taller trabajaron de modo positivo y científico, de acuerdo al nivel en que estamos. Lo que faltó en todos los casos puede corregirse para el siguiente trabajo, y así caminar hacia adelante de demostración en demostración. Para construir en la práctica el discurso de la crítica gastronomita, un discurso en proceso de construcción en México hoy día. El discurso del gastrónomo profesional sobre la(s) cosa(s) de la gastronomía... Las cosas, el infinito de posibilidades del acto humano de comer, y la cosa, lo que ello significa para la existencia humana, especialmente en lo que refiere a la civilización y la cultura.

jueves, 8 de marzo de 2007

Sor Juana en la cocina

Pintura de Efrén Ordóñez

Ideales y Semblanzas

Nada humano ocurre en realidad a solas. Toda acción humana es resultado de la comunicación entre personas. Somos la colectividad de la memoria. Para existir como humanos necesitamos recibir la comunicación de los humanos y transmitirla de nuevo. Así sobrevive la especie en cada individuo, y viceversa.

Nadie escribe ni cocina a solas.

La gastonomía es más que una disciplina por completo humana. Es la comunicación humana de lo humano material a través de la(s) cosa(s) de los alimentos... La comida y las comidas... Algo tan esencial como el lenguaje y el uso de la mano como herramienta. Un acontecimiento cien por ciento inteligente. Cocinar y comer y su infinita circunstancia: la existencia humana.

Por ello, para cerrar en el espacio esta torre de textos y figuras de crítica gastronómica mexicana, incluimos aquí abajo en la blog un conjunto de semblanzas de personas que inspiran la gastronomía de otras personas. Un tejido humanista de intercomunicación gastronomita. Las semblanzas de quienes han guiado e iluminado la educación del conjunto de estudiantes del décimo semestre de la licenciatura en gastronomía de la Universidad del Claustro de Sor Juana que hemos integrado este espacio en la red. Los ideales humanos sobre cocina y gastronomía de quienes hemos producido este Taller.

Que este conjunto de personas y su oficio de cocina que rememoramos sean el basamento o plataforma donde se construye este edificio de ciencia y arte de la comida y las comidas. Un retablo neobarroco de ideales para quienes ya somos hoy mismo el futuro inmediato de la gastronomía en México, su profesionalización crítica y creativa.

Porque la gastronomía es un trabajo humano, un placer humano. La búsqueda permanente de la vida digna y buena para la humanidad entera. El sagrado trabajo de la cocina. Nuestra profesión. Un hecho colectivo en grado extremo... que --como este conjunto desea dejar ver-- se integra en la encrucijada de dos caminos, el trabajo anónimo y cotidiano de las mujeres cocineras del mundo familiar (las madres y las abuelas, las tías y las hermanas) y el trabajo de los chefs de la cocina pública o de la cocina de élite y de vanguardia (las autoridades reconocidas de la cocina profesional).

¡Benditas sean las manos que nos dan de comer!

Auguste Escoffier

Brigada de Escoffier en el Carlton, cerca de 1919.

Karla Marquina

De la familia Marquina Cruz siempre he recibido apoyo.

Pero en el ámbito profesional quien destaca por su apoyo incondicional y por ser mi fan y yo su fan #1 es Salvador Marquina. A quien agradezco haberme iniciado en la gastronomía, ya antes de que él me la revelara no tenía la menor idea de lo extensa, variada y emocionante que es.

Admiro la forma de demostrar su amor a través de un platillo, el entusiasmo y el esmero con que cocina, porque es su más grande pasión, sin olvidar su sazón altamente reconocida, tanto en la familia como entre las amistades, ya que cada fin de año esperan con ansias el delicioso bacalao que él prepara.

Salvador tiene el gusto por la cocina desde niño, su platillo favorito es chicharrón en salsa verde. Cuenta que gustaba de ayudarle a cocinar a su abuela Candelaria, quien trabajaba como cocinera del Sanborns de los Azulejos. Para él, los mejores guisos son de Candelaria, a quien quiso y admiró profundamente, ya que fue la persona más importante en su niñez y es por ella que heredó el amor por la cocina.

Salvador no tiene estudios en Gastronomía, ha tomado algunos cursos, le encanta comprar revistas gastronómicas para poner en práctica el contenido, agregándole su toque, su esencia, que lo hace aún más interesante.

Para mí, las mejores recetas son de su autoría, me asombra lo creativo que es. Le encanta el buen comer, y tiene una frase: “Para cocinar un buen plato se debe utilizar productos de excelente calidad, pero sobre todo elaborarlos con amor.” Es una persona abierta, le encanta probar nuevos sabores, texturas y compartir recetas y tips que aprendió de su abuela Candelaria.

domingo, 4 de marzo de 2007

sábado, 3 de marzo de 2007

Antonin Carême

Patricia Alfaro González


En ocasiones me pregunto cómo es que llegué a este punto. Hace unos instantes mi vida se dirigía hacia otra dirección, por un camino muy distinto, pero en este preciso instante estoy parada en un sitio extraordinario, el lugar donde confluyen mis razones por y con las que amo la vida: la ciencia, la literatura, la comida. Es difícil descifrar el porqué tome el camino de la comida, no quiero decirme experta cocinera ni mucho menos pretenderme chef potencial, así, tampoco me considero juez, ni crítica, ni inventor, ni hacedora de cocina; mas bien me declaro comedora profesional y hambrienta eterna. Durante muchos años de mi vida he practicado el deporte de comer por el gusto de comer, de sentarme a la mesa por el gusto de compartir, luego he comprendido que cocinar y servir hacen de la experiencia una maravilla sin comparación, es una satisfacción indescriptible.


Analizando la situación, lo de comedora y cocinera lo inspiró la persona que ha inspirado todo en mi vida; la única que se ganó mi respeto por el simple hecho de existir, la única que ha comido cada invento que de mi cocina sale, aunque después vaya directo al basurero: Laura.


Laura acompañó mis primeros años de vida, me privó de muchas preocupaciones sustituyéndolas por cosas divertidas. Jugábamos con masa para galletas, peleábamos por comer lo que queda de la pasta para pastel… discutíamos enardecidamente por defender nuestros ridículos y mal hechos cuernitos de nuez. Me orilló a probar tantas cosas, convenciéndome de que esa era la única manera de saber quienes somos y lo que nos gusta de verdad.


Laura no cocina gran cosa, no puedo decir que de ella aprendí o que el verla en la cocina me inspiró para dedicarme al ramo gastronómico. Laura me inspiró porque verla comer causa placer, sus opiniones provocan; porque con el paso de los años la relación se ha hecho mucho más estrecha, y aunque la distancia se ha hecho muy grande desde hace unos años, no puedo olvidar sus ojos curiosos mirando la comida, sus preguntas abrumadoras e insistentes, sus dedos imprudentes, su ansiedad por sentarse a comer. Esa es mi motivación al cocinar, esperar que algún día lo que hago se perfeccione, para darle miles de razones para ser feliz, miles de sabores nuevos o no tanto, miles de combinaciones deliciosas… después de todo, qué más puedo darle yo, a quien guío mi vida desde que nací, sin pedirme nada a cambio.


Laura es mi hermana, la mejor comensal que he conocido, y aunque hace años que no cocinamos juntas, el recuerdo del pasado y la esperanza del futuro son el motor del presente.